BODYSHAMING: CUANDO LA MODA INCOMODA LA SALUD MENTAL DE NUESTROS ADOLESCENTES
Me
hacen una consulta sobre si el regreso de los pantalones descaderados, las blusas y faldas muy cortas, pueden incrementar los
trastornos alimenticios en jóvenes para poder "caber" en la moda.
Aquí mi respuesta:
Los Trastornos de la conducta alimentaria y de la ingesta de alimentos,
son alteraciones persistentes que afectan el comportamiento
relacionado con la alimentación, produciendo dificultades en el
consumo, en la absorción de alimentos o en la actitud hacia la comida, afectando no solo la salud física, sino
también la salud mental, emocional, psicológica, cuyos síntomas pueden variar
según el tipo de trastorno de la conducta alimentaria (Anorexia nerviosa,
Bulimia nerviosa, trastornos por atracones, trastornos de rumiación, Pica ,
trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos, trastorno
alimentario o de la ingestión de los alimentos no especificado)
Comprender
las características particulares de cada persona y el tipo de trastorno de la
conducta alimentaria que puede estar experimentando, nos ayuda a no generalizar
y comprender que independientemente de las modas, que para los jóvenes pueden
resultar importantes por todos sus procesos socioemocionales de búsqueda de
identidad y aceptación de los pares, no podemos hacer la relación directa entre
la moda y el incremento de trastornos de la conducta alimentaria y de ingesta
de alimentos.
Si bien es cierto hay tendencias
marcadas en esta época por el auge del tiktok y las casas de moda persistan en
que modelos delgadas luzcan sus diseños y el bombardeo de información de
cuerpos delgados, resulta importante señalar que las redes sociales son un
medio democrático, donde se observan otros tipos de contenido con los cuales
los jóvenes pueden identificarse. Orientarlos en la búsqueda de contenido
amigable para ellos, resulta importante para que puedan diferenciar entre las
reglas del mundo de la moda y el mundo de cuerpos reales y diversos.
Ahora
si nos fijamos bien, pareciera ser que hemos pasado de la aceptación de cuerpos
grandes, normales a la extrema delgadez, pero ¿a qué le podríamos atribuir
esto?
Pudiese relacionarse con la llamada
“fast fashion”, con este modelo de producción de prendas en gran cantidad y por
temporadas, realmente no le prestan mucha atención a las diferentes tallas, al
ser marcas reconocidas, su influencia lleva a una interpretación errónea de
“belleza”, pues al final, no buscan vestir a la mujer/hombre de tallas
normales, así que el concepto de belleza o cuerpo “ideal” responde más a un
interés de producción, en donde la publicidad tienen un efecto aún mayor en la
psiquis colectiva.
Afortunadamente, vemos cada día marcas
de ropa poco conocidas y algunas reconocidas que están comprendiendo la
importancia de una moda diversa, que se ajuste a todos y de paso amigables para
el medio ambiente.
Ahora ¿es posible aceptar la existencia
de cuerpos diferentes?
Estamos ante prejuicios implícitos en
contra de las personas con sobrepeso, que el otro muestre estar en un proceso
de aceptación de su cuerpo, no puede tildarse como apología a la obesidad,
porque estamos en el mismo camino de la exclusión del otro. Desafiar todos los
estereotipos nos ayuda a aceptar a los demás tal y como son, mientras haya
salud física, mental, emocional, relacional, psicológica, ya no habrá cuerpos
“ideales”.
Esto por supuesto, hay que trabajarlo
mucho en las familias, en los colegios, revisar qué nos decimos sobre X o Y
tipo de cuerpo, si tendemos a hacer comentarios sobre algún aspecto físico de
otra persona, nuestros miedos irracionales a “ser gordo” o estar cerca de
personas “gordas”, qué nos decimos a nosotros mismos cuando estamos desnudos
frente al espejo, cuidar la tendencia a comparar y compararnos con otros,
aprender a ser más empáticos e intentar dejar de clasificar al otro, porque
todo eso lleva a procesos de exclusión del que no cuadra en nuestra
categorización mental.
Y bueno ¿qué hacer para que las
generaciones más jóvenes, que consumen tanta información en redes sociales,
sean menos vulnerables a aceptar estas modas y hacerse daño como caer en
problemas alimenticios para alcanzar cierta estética?
La clave está en la mediación que los
padres y las familias puedan hacer de los contenidos que los hijos consumen en
las redes, al haber tanta información, es importante conversar con ellos para
ayudarlos a discernir entre la realidad y los estereotipos irreales que
muestran en redes, así como acompañarlos desde el respeto en sus procesos de
búsqueda de identidad, autonomía y facilitar procesos de comunicación en el que
los jóvenes no se sientan juzgados sino realmente escuchados, esto es todo un
reto, pues se estila que desde un pensamiento adultocéntrico, los adultos
quieren hacer que los hijos cuadren en lo que ellos creen es un hijo/a “ideal”
y con esto olvidan que la función de la familia, es acompañar el libre
desarrollo de los hijos.
Por otra parte, revisar los hábitos alimenticios y los comportamientos saludables que tenemos en casa, cómo comemos, qué comemos, cómo vemos la hora de la comida, obligamos a los hijos a comer, la comida es vista como un castigo, realizamos actividad física, hacemos comentarios hirientes los unos a los otros, pues todo esto ayuda a ir construyendo las relaciones que cada uno tiene con la comida y su cuerpo.
¿Qué señales de alarma pueden
identificar los padres o cuidadores sobre un posible problema
alimenticio?
Las
señales de alarma dependen del tipo de trastorno de la conducta alimentaria (Anorexia
nerviosa, Bulimia nerviosa, trastornos por atracones, trastornos de rumiación,
Pica, trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos, trastorno
alimentario o de la ingestión de los alimentos no especificado)
Finalmente
son los profesionales de la salud y los profesionales de la salud mental,
quienes puedan hacer un diagnóstico de algún trastorno de la conducta
alimentaria. Si en casa notamos algunos de estas conductas de manera repetitiva
e intensa, entonces es necesario acudir a los profesionales de la salud, antes
de autodiagnosticar o etiquetar algún trastorno de conducta alimentaria y de la
ingesta de alimentos:
· Cuando la pérdida de
peso y el control de la alimentación, se convierte en la mayor preocupación de
la persona.
· Intentar
de manera recurrente saltarse las comidas con todo tipo de pretextos.
· Ir al baño
inmediatamente después de las comidas. Siempre intenta justificar y ocultar
vómitos.
· Uso
continuo de laxantes, diciendo que tienen problemas estomacales, uso de
diuréticos y/o pastillas para adelgazar.
· Ocultar
su cuerpo con ropa ancha para disimular la pérdida excesiva de peso.
· Muestra
una inquietud continúa. Dificultad para estar quietos o en reposo.
· Se
evidencia dificultades en el rendimiento académico o laboral.
Es importante recordar que aunque ha
sido un problema visibilizado más frecuente en las mujeres, los hombres también
son víctimas de estos estándares de belleza.
A los hombres por las normativas
culturales se les impide expresar cómo se sienten y están sometidos a presiones
sociales, sin embargo, ya estamos abriendo espacios para hablar de nuevas
masculinidades, que les permita sentirse bien consigo mismo, en el expresión de
sus emociones, en no dejarse llevar por la idea de cuerpo masculino musculoso,
son procesos en los que se necesita seguir trabajando, por supuesto, desde las
mismas familias, que también tienen la tarea de redefinir en su interior, todas
esas creencias sobre lo que significa ser hombre, para darle paso a una
construcción de identidad menos cargada de estereotipos familiares y
culturales.
Adriana Sofía Silva Silva, Psicóloga,
magíster en psicología, máster en terapia familiar sistémica.
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