LAS ADOLESCENCIAS NO SE SUFREN, SE ACOMPAÑAN.

Esta nueva entrada, es una carta de amor a las adolescencias, sugerimos que los padres/adultos cuidadores, lo lean con calma. Es muy común que las personas se asusten o se consuelen mutuamente cuando hablan de tener adolescentes en casa: "oooh, lo siento, hay que tener mucha paciencia", "aaay caramba, ahora sí agárrate duro", "uuuuuf, te compadezco, esa etapa es difícil", "anda, a ponerse bien fuerte los pantalones, que el asunto es delicado" y otras tantas. Se ve la adolescencia como un período caótico, lo que resulta cierto porque es un período de transición, de cambio y quienes más sufren con esa incertidumbre, con ese limbo, con ese mirarse al espejo un día y no reconocerse, verse distinto/a, son precisamente los adolescentes, que no solo deben luchar con la tormenta interna de sus cambios hormonales (que por supuesto implican cambios en su comportamiento), de los psicológicos, los sociales, los relaciones, sino que de paso, deben luchar con ...